Home / 2023

No existe un solo pretexto para no hacer tus sueños realidad. El Universo es completamente benevolente y siempre te dice que “sí”. Constantemente hay señales que guían tu camino, solo que no es fácil verlas y escucharlas. Para notar estos mensajes debes recurrir a tus sentidos y a tus sentimientos. Esto es tu esencia, la fuente de tu vida y aliento. Es la inequívoca esencia de experimentate a ti mismo.

Tus pretextos son los obstáculos que usas para “probar” tu destreza y habilidades, es tu campo de pruebas para que puedas elegir, ejercer el libre albedrío y luego aprender a dejarte llevar por una fuerza invisible. Cuando confías y dejas que las cosas fluyan, podrás descubrir como todo encaja sin hacer arreglos o ajustes forzosos.

¿Te atreves a seguir adelante con tus planes y sueños a pesar de los pretextos? ¿Puedes dar un salto al vacío, hacia lo desconocido, alcanzando un nuevo nivel de voluntad y experimentar tu verdadero poder y confiar en lo Divino en el universo y en ti? ¿Estás listo para para dejarte llevar y experimentar la vida plenamente, con alegría, dolor, lágrimas, enojos y amor? ¿Puedes cambiar el enfoque y aprender a ver a los obstáculos como retos que la vida te presenta para aprender sobre ti mismo, sanar tus heridas y desarrollar tus herramientas para enfrentar las adversidades? ¿Estás preparado para dejarte asombrar por lo maravilloso que eres, por tu poder infinito y los recursos ilimitados a los que tienes acceso?

En este camino encontrarás momentos en los que te sientas solo y estancado, es ahí cuando los pretextos aparecerán con mayor facilidad. Pero es ahí también cuando debes pedir señales de hacia donde ir y dar aunque sea un pequeño paso, y luego otro, y otro más. Aunque no tengas certeza de hacia dónde vas, será suficiente que te muevas hacia donde tu intuición te indique. Y si te sientes agotado, toma un pequeño descanso, respira profundo, siente el latir de tu corazón y agradece con todo tu ser las cosas buenas que hay en ti y a tu alrededor.Pronto verás que todo fluye nuevamente y te sentirás orgulloso de todo lo que has avanzado. Un día te encontrarás con que has llegado a donde tu sueño indicaba y será entonces que, con lágrimas de alegría, te darás cuenta de que es solo el primer paso de un sueño más grande y que tienes tanto por hacer, que la vida es maravillosa y el camino es infinito. Es en ese momento que experimentarás que eres invencible.

There is not a single excuse not to make your dreams come true. The Universe is completely benevolent and always says “yes” to you. There are constantly signs that guide your path, it’s just not easy to see and hear them. To notice these messages you must resort to your senses and your feelings. This is your essence, the source of your life and breath. It is the unmistakable essence of experiencing yourself.

Your excuses are the obstacles you use to “prove” your skill and abilities, they are your testing ground so you can choose, exercise free will and then learn to let yourself be carried away by an invisible force. When you trust and let things flow, you will be able to discover how everything fits together without making forced arrangements or adjustments.

Do you dare to move forward with your plans and dreams despite the excuses? Can you take a  leap of faith into the void, into the unknown, reaching a new level of will and experience your true power and trust the Divine in the universe and in you? Are you ready to let go and experience life fully, with joy, pain, tears, anger and love? Can you change your focus and learn to see obstacles as challenges that life presents you to learn about yourself, heal your wounds and develop your tools to move forward and to face adversity? Are you ready to be amazed by how wonderful you are, by your infinite power and the unlimited resources to which you have access?

On this path you will find moments when you feel alone and stuck, that is when excuses will appear more easily. But that is also when you must ask for signs of where to go and take even a small step, and then another, and another. Even if you are not sure where you are going, it will be enough for you to move where your intuition tells you. And if you feel exhausted, take a short break, breathe deeply, feel your heartbeat and be fully grateful for the good things that you are and surround you. You will soon see that everything flows again and you will feel proud of everything you have accomplished. One day you will notice that you have achieved your dream and it will be then that, with tears of joy, you will realize that it is only the first step of a bigger dream and that you have so much to do, that life is wonderful and the path is infinite. It is at that moment that you will experience that you are invincible.

Es una pregunta que nos hacemos con frecuencia, especialmente cuando nos pasa algo malo o en una mala racha.

Y la respuesta más pronta podría ser ¿y por qué no? Claro, es directa, poco empática y hasta un tanto cruel. Pero me parece que es la respuesta más realistsala que podemos obtener.

Al hacer esta pregunta, y otras tantas, quisiéramos escuchar como respuesta algo que nos asegure que cualquier asunto se resolverá de manera inmediata, sin esfuerzo, vaya, casi hasta con una disculpa sobre las molestias ocasionadas. ¡Magia!

Mientras mayor sea la amenaza, en particular cuando nuestra integridad física o emocional están en riesgo, más lo sentiremos como una injusticia de la vida. No pararemos de argumentar (tanto mentalmente como en pláticas) que hemos sido buenos y no merecemos tal castigo. Habrá un momento en particular cuando esta pregunta, ¿por qué yo?, se convierta en pensamiento central y será cuando recibimos la noticia de que padecemos una enfermedad incurable que dejará secuelas incapacitantes o nos llevará al final de la vida. Entonces nos sentimos vulnerables y perdemos la capacidad e imparcialidad de un ojo crítico y objetivo.
Elisabeth Kübler-Ross estableció la teoría de etapas que va de la negación al enojo, depresión y, eventualmente, a cierta tranquilidad que da la aceptación. Sin embargo, este proceso no brinda mucho consuelo, sobre todo para los pragmáticos, quienes más bien sucumben a cosas más banales como el enojo o aburrimiento ante situaciones que los enfrentan a su vulnerabilidad.

Enoja pensar que no podremos llevar a cabo planes por los que habíamos trabajado con tanto esfuerzo, o no ver los hitos de nuestros seres queridos, tampoco ser testigos de hechos históricos (¿el primer ser humano en Marte?).

De modo que a la pregunta ¿por qué yo? el Cosmos apenas y se ocupa en responder ¿por qué no? en un hecho de estoica ironía.

A veces nos ayuda pensar que sufrimos por una buena causa, o que el riesgo que enfrentamos le servirá a otros, en lugar de simplemente acepar el peligro o gravedad de nuestra situación. Pero la realidad es que cuando te ves inmerso en una situación adversa lo que menos quieres creer es que estás a punto de ser estoicamente condecorado como héroe, sólo te sientes impotente y frustrado.

Todos los clichés dan lugar a confirmar la crudeza de la realidad. La típica pregunta “¿Cómo estás?” viene acompañada por una regla tácita que te impide responder con completa honestidad porque en realidad nadie quiere escuchar los terroríficos detalles de tu trágica situación.

Perder la salud es algo que no pensamos hasta que sucede. Casi todo lo que damos por hecho en nuestras vidas es finito: la salud, los miembros de nuestra familia, nuestras adoradas mascotas, las personas que nos rodean, la juventud, las vacaciones y un sin número de cosas más.

Ahora que si hacemos un balance y sacamos cuentas de las situaciones buenas, agradables, felices o positivas en general, podremos ver que superan, y por bastante, a los malos tiempos. Está científicamente comprobado que notamos y recordamos más lo negativo que lo positivo, y esto tiene que ver con las raíces de la humanidad ya que era más importante recordar las cosas que ponían en riesgo la integridad. Actualmente las condiciones han cambiado drásticamente, pero esta habilidad se conserva ya que lo aprendido durante momentos peligrosos o difíciles se deben recordar en caso de que sea necesario aplicarlo en el futuro. Otro factor relevante es que culturalmente estamos acostumbrados a darle mayor relevancia a lo malo y no poner tanta atención en lo bueno.

Tal vez podríamos aprender a notar los momentos buenos, felices, y decir “¿y por qué no?” a fin de tener un enfoque más positivo y disfrutar la vida un poco más.

facebook Voces: https://www.facebook.com/vocesenelmundo/

twitter:  https://twitter.com/rebecadallal

Autor: Ingrid Dallal Fratz

«Jugar para un niño y una niña es la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo para entenderlo” Francesco Tonucci.

Llevo varios días rumiando la idea de escribir sobre la importancia del juego. Hay tantos autores que han hablado de esto, que no sé qué tanto mi perspectiva pueda tener o no valor en el mundo real.

Cuando era niña (que siento que no fue hace mucho), acumulé un sin fin de millas de juego. Muchas de estas millas, fueron sin más compañía que mi imaginación; muchas otras, con mis hermanas y -por supuesto- con mis mejores amigas pasé innumerables horas inventando y creando… jugando.

Me acuerdo llegar de la escuela y cumplir con la rutina de cambiarme de ropa, ir a comer y hacer la tarea. Sin embargo, ésta última se volvió mi parte favorita del día en cuanto acomodaba a mis decenas de peluches en la cama y en sillas pequeñas, sacaba los Aquacolor para convertirlos en plumones de pizarrón (mi ventana), el cuaderno para pasar lista y me convertía en Miss Susy (una de mis maestras favoritas de la escuela, aunque nunca me dio clases). La tarea se resolvía de una manera casi mágica y las horas pasaban sin siquiera sentirlas.

En ocasiones, la sala se convertía en mi escenario favorito (literal y figurativamente). Las puertas que daban al comedor se abrían y se cerraban como telón y el estudio se convertía en aquella cabina de sonido que no debe faltar en ningún teatro. Pasé horas interminables montando las más grandes producciones al estilo Broadway y West End. Jamás faltó la falda circular que me convertiría en Liesl de La Novicia Rebelde cantando con Rolf dentro de un gazeboo o el paraguas que me permitía montar las mejores coreografías del mundo mientras de fondo sonaba I’m Singing in the Rain.

La pequeña fuente en la esquina del jardín era capaz de llevarnos a mundos submarinos llenos de criaturas de colores y plantas exóticas. Ahí, alguna vez, me encontré al Sum Sum Gomelásticum de Momo y monté en una tortuga gigante llamada Casiopea quien me llevó a conocer las flores horarias y a luchar contra los hombres grises. No muy lejos de ahí, aparecía una casita en donde las bugambilias se convertían en agua de jamaica, las suculentas en bisteces asados y la lágrima de niño en arroz o ensalada. La manguera servía de micrófono para los cantantes de moda y la pelota -llamada Ricardo- se escapaba a jugar con sus amigos sin permiso y yo -en modo mamá- lo regañaba con la ya famosa frase «Ricardo, ¡ven para acá!».

En la adolescencia, la cocina se convirtió en el set de Chepina Peralta hasta para hacer el sándwich más sencillo y mi recámara se trasformaba una vez más en los escenarios perfectos para una radionovela. Las calles -en bicicleta- eran países inexistentes en la vida real, las personas, aquellos seres que mi mente necesitaba para completar una historia. El club, el parque, el jardín de aquella casa en Chicago o las ardillas comiendo de mi mano en Alemania, todos espacios ideales para crear una historia o un juego que me permitiera entender y entenderme en el mundo.

Así, los libros, la televisión, la escuela, los amigos, la familia, los viajes, el cine, el teatro y todas mis experiencias, se entrelazaban unos con otros como neuronas haciendo sinapsis mientras yo desarrollaba un yo fuerte, un superyó lleno de dudas y cuestionamientos, un ello que me protegió y me fui convirtiendo en el ser humano que soy.

El juego siempre ha sido y será parte fundamental en el desarrollo de los seres humanos, es pieza clave en nuestra capacidad creativa y es alimento cognoscitivo, es aliado de estrategias socioemocionales y nos permite resolver problemas que de otro modo jamás serían resueltos. El juego es, también, cómplice de vida.

 

https://www.facebook.com/ingenniosilluminare

Autor : Rebeca Dallal

Desde el primer momento que los vi sentí que eran una parte de mí, literal. Durante varias semanas pasaron muchas horas junto a mí y dependían de mi por completo; cuando mucho estaban a unos metros de distancia.

Al pasar los meses aprendieron, poco a poco, a hacer algunas cosas solos y la distancia aumentó a otros pocos metros más.

Con el tiempo pudieron trasladarse por si mismos, pero siempre dentro de mi rango de visión.

Luego empezaron a tener sus propias actividades, durante horas se iban a sus propios espacios y actividades; estos tiempos fueron en aumento hasta que llegó la pandemia y entonces, como pasó en todo el mundo, estábamos en el mismo lugar otra vez todo el tiempo.

El Covid19 empezó a ceder y fuimos reintegrándonos a nuestras actividades con los ajustes que eso implicaba y regresando a los espacios de estudio, trabajo y diversión… cada quién a los suyos.

Pero ahora, de un día para otro, así… de sopetón, estarán a 9,500 kilómetros de distancia. Y así está bien. No quiere decir que no los extrañaré, seguro lo haré, y mucho! Pero estoy segura de que a esa distancia, en ese lugar, estarán bien, encontrarán oportunidades increíbles, tendrán experiencias memorables y podrán construirse un mejor futuro.

Hoy le regalo a mis hijos la oportunidad de vivir en un lugar donde es posible vivir tranquilo en crear una vida en la que puedan encontrar y hacer las cosas que les apasionan; que llenen sus recuerdos de lugares hermosos y llenos de historia; que agreguen a sus agendas amigos de diversas nacionalidades, creencias conocimientos; que encuentren dónde desarrollar su pasión y dónde aprender lo que más les interesa.

Hoy, aunque a 9,500 kilómetros de distancia, sé que están bien y que, aunque los extrañe mucho, estoy tranquila porque ya empezaron a construir la vida que merecen.

Medium: https://medium.com/@rebecadallal

LinkedIn: http://mx.linkedin.com/in/rebecadallal/

Twitter: https://twitter.com/rebecadallal

Facebook: https://www.facebook.com/rebecadallal

Facebook Voces: https://www.facebook.com/vocesenelmundo

Autor: Edmundo Gómez O.

¡Qué gusto leerlos de nueva cuenta, mis queridos amigos de Voces! Aunque tarde, espero que este 2023 esté lleno de cosas muy buenas y que todos sus proyectos se lleven a cabo.

Decidí retomar este espacio a invitación de Rebeca (que es una excelente editora y siempre nos recuerda por aquello que la vida se va volando), y qué mejor tema para hacerlo que con algo que está en las noticias todos los días: TikTok.
Esta plataforma, heredera del poder de musical.ly, y que revolucionó el mundo de las redes sociales con su formato vertical, su fácil edición y sus múltiples filtros y efectos, ha generado muchísima atención entre las generaciones más jóvenes, y por un punto muy sencillo: el contenido.

En TikTok, no es necesario que seas un influencer con 10 millones de seguidores, puedes empezar desde un simple video, y esa es la palabra clave: sencillez. Porque para las generaciones de 8 a 14 años, ese es el gancho más natural: tomas el teléfono, abres la cámara, le pones música y un efecto y ¡listo!

¿Suena muy fácil no? Bueno… lo es. Y por ello es que esta red está arrasando y es el creador de tendencias, porque hoy los memes, trends, recetas, chistes nacen en TikTok y la facilidad de share nos permite llevarlo a Facebook, Twitter e incluso… Whatsapp. Y ese punto es el que permite que cualquier persona se sienta parte de la red, sin complicaciones.

A partir de una sesión con el curso de la CAP University, donde cualquier interesado en la creatividad para marcas puede entrar y obtener un diploma (es 100% gratuito) además de que el tiempo que invertirás, alrededor de hora y media, podrá ayudarte a entender el mantra de esta plataforma:
a) TikTok no es una red social, es una plataforma de entretenimiento.
b) El “Sound on” ha hecho toda la diferencia.
c) No necesitas una legión de seguidores, puedes aparecer en el “home” si tu contenido es de calidad.
d) No debes buscar tendencias artificiales, las tendencias nacen ahí y ahí se reproducen.

Un último punto que quiero señalar es que la herramienta te impulsa a que trabajes de la mano de los creadores, ya que ellos tienen el expertise y buscarán ayudarte a crear algo único para tu marca. La pregunta de verdad es… ¿tu marca está lista para ser TikTokizada?

Nos leemos en Twitter (todavía) @guruclef y recuerda… #ViveEnDigital

 

Autor: Julieta Martínez

Toda mi vida he escuchado que estar en la universidad me va a asegurar un buen futuro. Hablan mucho sobre los beneficios que brinda tener una licenciatura y finalmente ejercerla, pero jamás se habla de ese “inter” tan extraño que es salir de la prepa y tener que escoger una carrera a la que supuestamente te debes de dedicar toda la vida. Porque eso fue lo que más miedo nos daba a mis amigos y a mi. “Escoge bien porque te vas a dedicar a eso toda tu vida”, qué terror. 

Durante ese tiempo hicimos pruebas de aptitudes,  nos llevaron a exposiciones, test vocacionales, etc. Y sinceramente, jamás había estado tan confundida cómo en ese momento de mi vida. Era demasiada información y probablemente había resultados que no eran 100% confiables. Todo me gustaba, pensaba que podía pertenecer a todo. Probablemente muchos de nosotros tuvimos ese sentimiento tan ajeno y extraño a la hora de escoger carrera. O tal vez no, hay gente que tiene muy claro a dónde quiere dirigir su vida y me parece maravilloso. 

Y claro, ni se diga de los comentarios tan innecesarios… “No estudies aquello porque te vas a morir de hambre”, “busca una carrera que medio te guste pero que te de estabilidad económica”, “seguro estás escogiendo esa carrera porque alguien te metió ideas estúpidas en la cabeza”.

Esos y muchos más comentarios llegué a recibir sobre mis posibles elecciones de carrera. Ni se imaginan los comentarios y caras que recibí cuando escogí la buena.

Quiero aclarar que no todo fue trágico y caótico, ya que muchas personas me echaron porras, apoyaron y, principalmente, me escucharon; escucharon lo que me gustaba o interesaba. Es muy importante pedir consejos y orientación a quién uno crea que puede ser de gran ayuda. Y si tampoco quieres hacerlo, también se vale. 

Yo me acerqué a personas con diferentes profesiones a preguntarles su experiencia en la universidad y en el campo laboral, porque claro, nadie “se quiere morir de hambre” y por eso, uno anda de preguntón. 

Cuando llegó el momento de escoger carrera  sentía una ansiedad impresionante, tenía mucha responsabilidad en mí, sentía que mi elección iba a decepcionar o molestar a mi familia. Procuré leer los planes de estudio de aquellas carreras que llamaron mi atención e incluso busqué en Google, “¿De qué trabaja un psicólogo? ¿Qué tipos de psicólogos hay? ¿De qué trata la psicología?”. Honestamente a mi me sirvió para darme una vaga idea y con base a eso tomé la decisión más frustrante y emocionante a mis 17 años. 

Y sí, cuando les comenté a mis familiares que me había quedado en Psicología y no en Arquitectura (porque claro que les eché la mentira de que iba a escoger arquitectura o derecho) se infartaron, se molestaron y unos que otros me felicitaron. Sin embargo, una vez más, varios comentarios innecesarios fueron liberados. 

Y hoy puedo decirles que no me arrepiento de mi elección, pero tampoco voy a negar que llegué a dudar de si estaba en carrera correcta, principalmente porque mis primeros dos años fueron en línea… pero esa es una historia que todos ya nos sabemos. 

Finalmente, hoy que estoy cursando el sexto semestre de la carrera, llegué a tres conclusiones.

La primera puede considerarse muy egoísta, pero pienso que no debemos, ni tenemos porqué cumplir con las expectativas de nuestras familias respecto a la selección de carrera, eventualmente se les bajará el coraje, porque quienes vamos a estar 4 o más años preparándonos, vamos a ser nosotros. 

Segundo, ¡no achiquemos nuestros deseos, sueños y pasiones para estudiar algo que no nos motiva! Solo porque eso es lo que nos va a dar estabilidad económica “más rápido”. Aunque las consecuencias nos den miedo, no podemos arriesgarnos a no seguir nuestras pasiones o intereses. Y muchas, muchas veces, esas pasiones e intereses no tienen absolutamente nada que ver con lo académico. ¡Y también está bien!, porque cómo dije, eventualmente se le bajará el coraje a nuestras familias por no haber sido médico o por haber decidido vivir en la playa y dejar de estudiar en la universidad.

Y tercero, no tiene nada de negativo tener un título universitario y no querer ejercer nunca. Nuestras pasiones, sueños, intereses y deseos están propensos al cambio. La vida no se acaba por haber o no estudiado una carrera, no podemos pasar nuestras vidas angustiados por no estar donde nuestro corazoncito se sienta a gusto. 

Hoy que estoy estudiando la carrera en Psicología y tengo 20 años, puedo decir que me emociona y me llena de esperanza estudiar algo tan bonito. Me conmueve mucho estar en una carrera que no sólo me forma cómo profesionista, porque a mi parecer, eso no es lo más relevante. Sino que es una carrera que me está formando cómo ser humano y genuinamente lo aprecio mucho.

 

Facebook: https://www.facebook.com/vocesenelmundo

Tiktok: https://www.tiktok.com/@vocesenelmundo

Twitter: https://twitter.com/Vocesenelmundo